21/4/08

Diferendo entre Calderón y Uribe por las FARC

La presencia de al menos cinco mexicanos en un campamento que la guerrilla de las FARC mantenía en Ecuador y que fue atacado el 1 de marzo por el Ejército y la Aviación colombiana generó un diferendo de declaraciones entre los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Colombia, Álvaro Uribe.

“¿Qué estaban haciendo allí?”, preguntó el mandatario colombiano al referirse a los mexicanos que se encontraban en el campamento guerrillero, de los cuales cuatro murieron, mientras que Lucía Morett Álvarez, una ex estudiante de literatura dramática de la UNAM, resultó herida.

“Ellos no eran rehenes de las FARC, ellos no estaban en una misión humanitaria autorizada, (…) estaban en una acción de complicidad o en una acción de integración” con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), acusó Uribe al participar en el Foro Económico Mundial para América Latina celebrado la semana pasada en Cancún.

De acuerdo con el Ejecutivo colombiano los jóvenes mexicanos Juan González del Castillo, Verónica Natalia Velásquez Ramírez, Fernando Franco Delgado, Soren Ulises Avilés Ángeles, y Lucía Morett, se encontraban en el campamento guerrillero “simplemente (en) una acción de integración en las actividades terroristas de ese grupo”.

De hecho, añadió, existen “elementos probatorios” que presuntamente involucrarían a los mexicanos con las FARC. “Tal es el caso de los videos que circularon en el mismo Ecuador, que entregaron las instituciones de las Fuerzas Armadas ecuatorianas”, enfatizó Uribe.

Lo dicho por el presidente de Colombia no gustó al gobierno mexicano que defendió el agravio y “dolor de los padres que perdieron a sus hijos” en las selvas ecuatorianas, donde permanecía el número dos de las FARC, Luis Edgar Debia Silva, alias Raúl Reyes, quien falleció durante el operativo militar colombiano.

“Es mi deber como presidente de México, y lo hago con plena convicción, defender los intereses de los mexicanos y responder a una sensibilidad, a un agravio, a un dolor de los padres que perdieron a sus hijos en los hechos que lamentamos y, desde luego, rechazamos, ocurridos el 1 de marzo”, dijo Felipe Calderón a su homólogo de Colombia en el mismo foro de Cancún.

Calderón reconoció que se han aceptado las explicaciones de Álvaro Uribe “en el sentido de que no se tenía conocimiento de la presencia de mexicanos” en el refugio que las FARC mantenían en Ecuador, pues “se trataba de un campamento que estaba distante a cualquier población civil”. Pero también “hemos coincidido en hacer una investigación que nos lleve a conclusiones más contundentes”, comentó el presidente de México.

Por eso, indicó Calderón, “me parece que lo prudente es no calificar, ni prejuzgar, en un sentido o en otro, las características o las actividades de estos jóvenes, sino una vez que los resultados de la investigación así lo arrojen, entonces, cada quien sacar sus conclusiones”.

El mandatario mexicano dijo estar de acuerdo con “la idea de que los actos que realizan las FARC son actos terroristas. No se le podrá dejar de llamar terrorista a quien pone una bomba o a quien realiza un secuestro o a quien mata a sus víctimas, en eso coincido plenamente” con Álvaro Uribe, apuntó.

No obstante, “no quiero ni creo que debamos anticipar conclusiones respecto de la naturaleza o de la identidad de estos jóvenes”, enfatizó Felipe Calderón, quien prefirió otorgar el “beneficio de la duda” a los mexicanos que fallecieron junto con el dirigente guerrillero Raúl Reyes.

“Tenemos, por supuesto, cada quien nuestras propias hipótesis, pero creo que los padres, el dolor de los padres y la memoria de sus hijos merecen el beneficio de la duda hasta que estas investigaciones se realicen”, explicó.

De su lado, la Cancillería mexicana aseguró que la diferencia de opiniones entre Uribe y Calderón no afectará las relaciones bilaterales, ya que el diálogo continúa “al más alto nivel” no sólo con el gobierno colombiano, sino también con las autoridades de Ecuador, país que sigue manteniendo una ríspida relación con Colombia tras la incursión militar al campamento de las FARC.

“Ellos están haciendo las cosas lo más rápido posible para el esclarecimiento de los hechos, está participando la OEA también en el restablecimiento de un clima de confianza. Yo no me atrevería a hablar de tiempos en este momento, (…) habrá que ver lo que arrojen las investigaciones”, expresó Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones Exteriores de México.

Como parte de esas pesquisas la Procuraduría General de la República (PGR) recibió una denuncia contra Lucía Morett Álvarez interpuesta por el presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, José Antonio Ortega Sánchez, quien acusó a la sobreviviente de ser un contacto de las FARC.

El gobierno colombiano “va a coadyuvar en esa denuncia”, adelantó Álvaro Uribe luego de lamentar la muerte de los cuatro mexicanos. “Esa es una denuncia penal para judicializar la participación de estos jóvenes en el grupo terrorista de las FARC. Colombia tiene que adelantar su propia investigación y coadyuvar en esta investigación penal en México”, dijo el jefe de Estado colombiano.

“Yo deploro la muerte de ellos como la muerte de cualquier persona, aún la de Raúl Reyes, lo que pasa es que uno tiene que proceder a cumplir sus deberes de protección de los ciudadanos amenazados por el terrorismo”, apuntó Uribe.

Si bien las primeras indagaciones sobre lo sucedido en el campamento guerrillero sólo dieron como resultado una tibia condena a la actuación de Colombia de parte de los países miembros de la OEA, en México la PGR aún no se ha pronunciado con respecto a la acusación hecha en contra de Lucía Morett por parte del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

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