12/5/08

El mundo con hambre

Los factores que la provocaron son inciertos aún, los expertos acuden al cambio climático para explicarla, otros al aumento de los precios de los combustibles y a la creciente demanda de insumos agrícolas, algunos más apuntan a las malas políticas comerciales o a una combinación de todas las anteriores variables que dieron como resultado la actual crisis alimentaria del mundo.

Las reservas de alimentos “en muchos países se encuentran al nivel más bajo de los últimos 30 años y en algunos casos de los últimos 60 años, debido a que se consume más de los que se produce”, afirmó Josette Sheeran, directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Según la funcionaria, la disminución de las provisiones alimenticias fue provocada por el alza constante de los precios en el mercado mundial, situación que ha traído graves consecuencias sobre todo en las poblaciones más pobres del planeta.

El PMA, un organismo de la ONU con sede en Roma, calcula que las necesidades de asistencia para las naciones vulnerables ascienden a 750 millones de dólares, 250 millones más que el pasado mes de febrero cuando esa institución solicitó 500 millones de dólares de manera urgente a la comunidad internacional, a causa del déficit que el alza de los precios había dejado en su presupuesto.

“Pensábamos que se había llegado a una zona de calma, pero hemos visto cómo solamente en cinco semanas se ha duplicado el precio del arroz en Asia”, alertó Sheeran.

Según datos del Banco Mundial (BM), al menos 100 millones de personas sufrirán de manera directa la crisis alimentaria al profundizarse las desigualdades en los países menos desarrollados. De hecho, es previsible una “situación de emergencia” en naciones que en 2007 presentaban una situación estable.

“Yo les llamo el nuevo rostro del hambre, porque son personas que hace solamente seis meses no estaban en una situación de emergencia y ahora entran de lleno en esa categoría", dijo la directora del Programa Mundial de Alimentos.

Los problemas más graves los sufrirán las naciones que dependen de la importación de productos agrícolas, con lo que a la vez se acentuará la brecha entre los hemisferios con mayores recursos y las áreas donde éstos escasean.

Como ejemplo de lo anterior se destaca la proporción del gasto en alimentos en las naciones ricas y pobres: mientras los hogares del mundo desarrollado invierten menos del 18% de su presupuesto en alimentación, en los países en desarrollo el promedio es del 70%.

Por eso es “muy escaso” el margen de maniobra que pueden conseguir aquellas naciones que dependen de la importación de alimentos, de acuerdo con el PMA, organismo que calificó a la crisis como un “tsunami silencioso”.

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