El informe del ECRI detalló que el racismo y la xenofobia se han acentuado en la Unión Europea a causa de las amenazas terroristas y por el miedo a la inmigración, factores que han sido utilizados como banderas electorales en naciones como Italia, Suiza, Alemania, Austria y Francia, entre otras.
La discriminación en aumento no hace distinciones, basta el color de la piel, el atuendo, el acento al hablar y hasta la religión que se profesa para ser considerado un inmigrante, condición que --por ejemplo-- en breve se convertirá en un delito en Italia, según anunció el Consejo de Ministros de ese país gobernado por el derechista Silvio Berlusconi.
Tolerancia Cero
El paquete de medidas contra la inmigración ilegal de la actual administración italiana incluye un decreto presidencial, dos proyectos de ley y tres reglamentaciones que entrarán en vigor en agosto, y con las que se podrá castigar con penas de entre seis meses a cuatro años de prisión a los extranjeros que permanezcan irregularmente en ese país.
Adicionalmente, el gobierno de Berlusconi pretende crear un banco de datos de ADN para controlar de manera estricta las reagrupaciones familiares de inmigrantes, al tiempo que aumentarán las sanciones penales para aquellos extranjeros sin papeles que cometan algún delito.
El proyecto contra la inmigración ilegal es impulsado en Italia por el ministro del Interior Roberto Maroni, un destacado miembro de la Liga Norte, partido político xenófobo y conservador que en coalición ayudó a que Berlusconi retomara el poder en abril pasado.
La “Tolerancia Cero” hacia la inmigración ilegal de parte del gobierno italiano incluye a los gitanos, quienes por pedir limosna podrían ir a la cárcel o perder la patria potestad de sus hijos si los utilizan para mendigar.
“Antes de fin de año resolveremos el problema de los campamentos gitanos abusivos, lo cual significa que se respetarán las leyes”, apuntó recientemente Roberto Maroni al anunciar la realización de un censo entre los gitanos, con el que se pretende determinar “quién está adentro” de los asentamientos de esa etnia.
Las voces de protesta ante la “legalización de la xenofobia” en Italia no se hicieron esperar. Amnistía Internacional consideró que en ese país se piensa legislar de manera específica en contra de las minorías y de acuerdo a la nacionalidad, la etnia o el lugar donde se habita, lo cual atenta contra el principio universal de que las leyes deben ser impersonales y abstractas.
“Existe en Italia un silencio culpable y delictivo que corre el peligro de convertirse en un genocidio cultural que nosotros los gitanos ya hemos conocido en el pasado”, dijo el presidente de la asociación de ciudadanos de la etnia gitana, Alexian Santino Spinelli.
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