A pesar de que los votantes de ese país comúnmente no suelen considerar el trabajo proselitista que realizan en el exterior los aspirantes a la presidencia, es esta ocasión el periplo del senador afroamericano le sirvió para adelantar a su contrincante republicano, John McCain.
De acuerdo con un sondeo realizado por Gallup, dos días después de aterrizar en suelo estadounidense, Obama contaba con el 49% de las preferencias electorales, mientras que el candidato conservador mantenía el 40% de la intención del voto.
“Estoy convencido de que muchos de los asuntos a los que nos enfrentamos en casa no van a resolverse tan eficazmente a menos que tengamos socios fuertes en el extranjero”, consideró el candidato demócrata. Esta aseveración, y sus alocuciones relativas a la democracia en el mundo, la economía global y la lucha contra el terrorismo, le valieron no sólo la simpatía de Francia, Alemania, Israel e Inglaterra, sino también la de los ciudadanos que se mantenían indecisos.
Un récord más
La encuesta de Gallup, que se realizó telefónicamente entre 2,692 votantes, plantea dos escenarios: si el éxito y la ascensión de Obama es sólo un efecto momentáneo de la buena acogida que se le brindó en Europa y Medio Oriente, o en su caso se trata de un fenómeno que podría permanecer --contra todos los pronósticos-- hasta las elecciones de noviembre.
La misma casa encuestadora no sabe aún la respuesta, aunque todo apunta a que la consolidación de Obama entre los electores estadounidenses podría darse tras la convención del Partido Demócrata a finales de este mes; siempre y cuando el candidato logre convencer a los electores de los estados tradicionalmente republicanos.
Entre tanto, Barack Obama puede anotarse, aunque momentáneamente, otro récord a su ya histórica candidatura, pues además de ser el primer candidato afroamericano a la presidencia de Estados Unidos, se está acercando a la barrera de los 50 puntos de los sondeos de Gallup, algo nunca visto en las encuestas de esa firma.
La gira por siete países realizada por Obama también sirvió para posicionar sus propuestas económicas y para mostrar mucho mayor congruencia con respecto a la situación de las tropas estadounidenses en Irak, país que deberá enfrentar en breve “por sí solo” el problema de su seguridad interior, dijo el aspirante demócrata.
Triunfalismo anticipado
Crítico y hasta burlón con su adversario, John McCain calificó el viaje intercontinental de Obama como un entrenamiento necesario para que éste entendiera de política exterior; en tanto que la subida en las encuestas del senador por Illinois fue considerada desde la acera republicana sólo como un “triunfalismo anticipado”.
Para el equipo de McCain, las simpatías hacia el demócrata son volátiles y fáciles de influenciar con imágenes como las registradas en la capital de Alemania, donde unas 200,000 personas atiborraron las calles cercanas a la emblemática puerta de Brandemburgo para escuchar a Obama.
Los republicanos también destacaron que, a pesar del aumento en la intención del voto a favor del demócrata, éste mantiene un nivel de animadversión del 35%, mientras que las opiniones desfavorables hacia McCain son del 33%.
De igual forma, en estados como Minnesota o Colorado, el aspirante conservador logró superar parcialmente en las encuestas a su adversario político, aplicando la máxima “divide y vencerás”, pues el republicano está empeñado en atraer los votos de la ex precandidata Hillary Clinton, quien no logró hacerse con la estafeta demócrata a la Casa Blanca.
Adicionalmente, el discurso de John McCain también ha fructificado entre los electores de Pennsylvania, donde por cierto ganó la ex primera dama estadounidense durante la precampaña demócrata. En ese estado existe un pronunciado descontento hacia Obama, sobre todo entre la clase trabajadora, de acuerdo con los asesores del aspirante conservador.
Chicago boy
Son precisamente las diferencias que ostenta Obama con respecto al promedio de los afroamericanos las que servirán de punta de lanza en los ataques que ya prepara McCain. De hecho, la consigna entre los republicanos es hacer ver al candidato liberal como un abogado elitista de Chicago, muy lejos de las precarias condiciones en las que todavía se mantiene buena parte de la comunidad afroamericana.
A su vez, con respecto al voto latino, McCain ha tratado de aprovechar el lado conservador de esta población explotando el filón de “las tradiciones y la unión familiar”, en contraste con la figura de Obama, un hijo de padres divorciados.
El candidato del Partido Republicano cuenta además con el atractivo de ser un héroe de guerra por haber peleado en Vietnam, a diferencia de las escaramuzas verbales experimentadas por Obama en la escuela de leyes de Harvard.
La influencia del vicepresidente
Pero el factor que sin duda será decisivo para apuntalar a los candidatos estadounidenses será la definición de aquellos que les acompañarán en el puesto de vicepresidente.
En ese tenor, John McCain se debate entre invitar a la vicepresidencia a un político mucho más joven que él o apostarle a uno de sus contemporáneos del Senado. Es la primera opción la que más le conviene al republicano proyectando una imagen de experiencia e innovación.
Por su parte, Barack Obama aseguró que elegirá a su compañero de fórmula en base a su capacidad para gobernar. “Desearía alguien con independencia, alguien que me diga lo que piensa, si cree que estoy equivocado o no”, apuntó.
El copiloto en la carrera presidencial del demócrata tendrá que compartir sus ímpetus de cambio, pero al mismo tiempo deberá poseer cierta experiencia sobre todo en el ámbito económico, a fin de que los electores estadounidenses dejen de considerar como un riesgo la apuesta renovadora que propone Obama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario